Soberano Capitulo de Rosasacruz Grado 18° - Christian Rosenkreuz N° 5

Dignatarios

Muy Sabio Maestro
I:.P:.H:. Luis Cruz, 33
 
Perf:. y Exc:. Gran 1er. Vig:.

Perf:. y Exc:. Gran 2o. Vig:.

Gran Orador

Gran Tesorero

Gran Limosnero

Gran Experto

Gran Maestro de Ceremonia

Gran Porta Estandarte

Gran Capitan de Guardia Instructor

Guarda de la Torre



18º Grado - Caballero Rosa Cruz

Grado 18Grado 18

Rito Escoces Antiguo y Aceptado
Grado 18º 

Soberano Príncipe Rosa Cruz


Cada masón aplica a su propia fe y credo, los símbolos y ceremonias de este Grado, como le parezca a él apropiado. Con éstas especiales interpretaciones aquí no tenemos nada que hacer. Como la leyenda del Maestro Hiram, en la cual algunos ven los sufrimientos y la condenación de Cristo; otros los del desafortunado Gran Maestro de los Templarios; otros los de Prometeo en su roca; otros ven a los Cristianos en el Circo de la Roma pagana; y aún otros, la poniente anual del Sol en el solsticio de invierno a las regiones de obscuridad, la base de muchas antiguas leyendas; de modo que las Ceremonias de este grado reciben diversas explicaciones; cada uno interpretándolas para si, y sin ofenderse por la interpretación de ningún otro.

De ninguna otra manera podría la Masonería poseer su carácter de Universalidad; ese carácter que siempre ha sido peculiar a ella desde su origen; y que permite a dos Reyes, que oraban a Dioses distintos, sentarse juntos como Maestros, mientras las paredes del Primer Templo se elevaban; y permite a los hombres de Gebal, haciendo reverencia a los Dioses Fenicios, trabajar junto a los Hebreos a quienes esos Dioses eran la abominación; y sentarse con ellos en la misma Logia como hermanos.

El grado de Rosa Cruz enseña tres cosas: la unidad, la inmutabilidad y la bondad de Dios; la inmortalidad del Alma; y la derrota final y extinción de lo malo e incorrecto y del dolor, por un Redentor o Mesías, todavía por venir, si aún no ha aparecido.

Substituye los tres pilares del viejo Templo, por tres que ya os han sido explicados; Fe (en Dios, la humanidad, y en uno mismo), Esperanza (en la victoria sobre el mal, el adelanto de la Humanidad, y en el mas allá), y Caridad (aliviando las necesidades y siendo tolerante de los errores y de las fallas de otros). Ser confiable, ser lleno de esperanzas, ser indulgente; éstas, en una época de egoísmo, de opinión negativa sobre la naturaleza humana, de juicio áspero y amargo, son las Virtudes Masónicas más importantes, y los verdaderos soportes de cada Templo Masónico. Y son los viejos pilares del Templo bajo diversos nombres. Solamente es sabio quién juzga a otros caritativamente; solamente es fuerte quién tiene esperanza; y no hay belleza como una firme fe en Dios, en nuestros compañeros y en nosotros mismos.

El Segundo Apartamento, vestido de luto, las columnas del Templo destrozadas y postradas, y los hermanos agobiados en el desaliento más profundo, representa al mundo bajo la tiranía del Principio del Mal; donde la virtud es perseguida y el vicio es recompensado, donde los justos mueren de hambre, y los malvados viven suntuosamente y visten en púrpura y lino fino; donde la ignorancia insolente gobierna, y el aprender y el genio son sojuzgados; donde Rey y Sacerdote pisotean la libertad y los derechos de la conciencia; donde la ley castiga a quien, muriendo de hambre, roba un pan, y deja al seductor ir libre; donde el éxito de un partido justifica el asesinato, y la violencia y la rapiña quedan impunes; y donde los que luego de años de engaño a los pobres se hacen ricos, consiguen poder y honor en vida, y después de la muerte un gran entierro y un mausoleo espléndido; este mundo, donde, desde su comienzo, la guerra nunca ha cesado, ni el hombre ha hecho pausa en su triste tarea de torturar y de asesinar a su hermano; y de lo qué la ambición, la avaricia, la envidia, el odio, la lujuria, y el resto del ejército de Ahriman hace un Pandemonio: este mundo, hundido en el pecado, apestando con vileza, clamoroso con dolor y miseria. Si alguien también ve un ejemplo del dolor del Arte Real por la muerte de Hiram, la pena de los Judíos por la caída de Jerusalén, la miseria de los Templarios por la ruina de su Orden y la agonía y las punzadas de dolor del mundo por la muerte del Redentor, tiene el derecho de hacerlo.

El Tercer Apartamento representa las consecuencias del pecado y el vicio, y el infierno hecho del corazón humano, por sus pasiones ardientes. Si alguien también ve un símbolo de las Hades de los Griegos, del Gehenna de los Hebreos, del Tártaro de los Romanos, o del Infierno de los Cristianos, o solamente de las agonías de remordimiento y las torturas de una conciencia vituperante, tiene el derecho de hacerlo.

El Cuarto Apartamento representa el Universo, liberado del dominio y la tiranía insolentes del Principio del Mal, y brillante con la verdadera luz que fluye del Dios Supremo; cuando el pecado y el mal, el dolor y el sufrimiento, el remordimiento y la miseria no estarán más y para siempre; cuando los grandes planes de Infinita y Eterna Sabiduría estarán totalmente desarrollados; y todas las criaturas de Dios, viendo que todo el mal aparente y la injusticia y sufrimiento individual eran tan solo gotas que fueron a aumentar el gran río de infinita bondad, sabrán que tan inmenso como es el poder de Dios, Su bondad y beneficencia son infinitos como Su poder. Si alguien reconoce un signo de los misterios particulares de cualquier fe o credo, o una alusión a cualquier hecho pasado, tienen derecho de hacerlo. Dejad que cada uno aplique sus símbolos como a él le satisfaga. A todos nosotros caracterizan la regla universal de la Masonería; de sus tres principales virtudes, Fe, Esperanza y Caridad; de amor fraternal y de benevolencia universal. Trabajamos aquí sin ninguna otro fin. Estos símbolos no necesitan ninguna otra interpretación.

Las obligaciones de nuestros Antiguos Hermanos Rosa Cruces eran de satisfacer todos los deberes de amistad, jovialidad, caridad, paz, liberalidad, temperancia y castidad; y evitar escrupulosamente la impureza, la arrogancia, el odio, la ira, y toda otra clase de vicios. Tomaron su filosofía de la vieja Teología de los Egipcios, como Moisés y Salomón lo habían hecho, y se prestaron sus jeroglíficos y las claves de los Hebreos. Sus reglas principales eran, ejercer la profesión de medicina caritativamente y sin honorario, para avanzar la causa de la virtud, agrandar las ciencias, e inducir a los hombres a vivir como en los tiempos primitivos del mundo.

Cuando tuvo este grado su origen, no es importante averiguar; ni con qué diversos ritos se ha sido practicado en diferentes países y en diferentes tiempos. Es de una antigüedad muy alta. Sus ceremonias difieren con los grados de latitud y longitud, y recibe interpretaciones variables. Si examináramos todos los ceremoniales diferentes, sus emblemas, y sus fórmulas, veríamos que todo lo que pertenece a los elementos primitivos y esenciales de la Orden, es respetado todos en cada santuario. “Todos a la par practicad la virtud, que lograreis que se produzca fruto.” Todos trabajan como nosotros, para la extirpación del vicio, la purificación del hombre, el desarrollo de las artes y las ciencias, y el alivio de la humanidad.

Nadie admite a un adepto en su conocimiento filosófico altivo, y ciencias misteriosas, hasta que haya sido purificado en el altar de los Grados simbólicos. De qué importancia son las diferencias de opinión en cuanto se refiere a la edad y la genealogía del Grado, o variaciones en la práctica, ceremonial y liturgia, o el tono del color de la bandera bajo la cual cada tribu de Israel marchó, si todos reverencian el Arco Santo de los Grados simbólicos, primera e inalterable fuente de la Francmasonería; si todos reverencian nuestros principios conservadores, y están con nosotros en los grandes propósitos de nuestra organización?

Si, en alguna parte, hermanos de una creencia religiosa en particular han sido excluidos de este Grado, solo demuestra la gravedad de como los propósitos y el plan de la Masonería pueden ser mal entendidos. Porque toda vez que la puerta de cualquier Grado sea cerrada contra aquél que crea en un Dios y la inmortalidad del alma, a causa de los otros principios de su fe, ese grado no es Masonería nunca mas. Ningún masón tiene el derecho de interpretar los símbolos de este Grado para otro, o negarle a otro sus misterios, si él no los toma con la explicación y el comentario sobreañadido.

Escuchad, mi hermano, nuestra explicación de los símbolos del Grado, y luego dadles la interpretación posterior como veáis conveniente.

La Cruz ha sido un símbolo sagrado desde la Antigüedad más remota. Se encuentra sobre todos los monumentos duraderos del mundo, en Egipto, en Assyria en Hindostan, en Persia, y en las torres budistas de Irlanda. Dijeron que Buddha había muerto sobre ella. Los Druidas cortaron un roble en forma de Cruz y lo reputaban sagrado, y construyeron sus templos en esa forma. Señalando a los cuatro cuartos del mundo, era el símbolo de la naturaleza universal. Fue en un árbol cruciforme, en el que se decía que Krishna había expirado perforado con las flechas. La Cruz, era el Signo de la Sabiduría Creativa o Verbo, el Hijo de Dios. Mitras firmo a sus soldados en la frente con una Cruz. Pero su significado peculiar en este Grado, es ése que le fue dado por los Antiguos Egipcios. Era el jeroglífico para toda la vida, y con un triángulo de prefijó significaba dador de vida. Para nosotros por lo tanto es el símbolo de Vida; de esa vida que emanó de Dios, y de esa Vida Eterna por la cual todos nosotros tenemos esperanza; con nuestra fe en la bondad infinita de Dios.

La Rosa es un símbolo del Amanecer, de la resurrección de la Luz y de la renovación de la Vida, y por lo tanto del amanecer del primer día, y más particularmente de la resurrección: y la Cruz y la Rosa juntas deben ser por lo tanto leídas jeroglíficamente, el Amanecer de la Vida Eterna que todas las Naciones han esperado mediante el advenimiento de un Redentor.

El Pelicano alimentando a sus criaturas es un emblema de la grande, generosa y benéfica Naturaleza, del Redentor del hombre caído, y de esa humanidad y caridad que debe distinguir a un Caballero de este Grado. El Águila era el símbolo viviente del Dios Egipcio Mendes o Menthra, y es elegido como símbolo de Él que enseñó a todos los hombres a elevarse de las tentaciones y de las corrupciones de este mundo a un lugar más alto y más santo.

El compás sobre el que se halla una corona significa que a pesar del alto rango logrado en la Masonería por un Caballero Rosa Cruz, la equidad y la imparcialidad deben invariablemente gobernar su conducta

A la palabra INRI, inscrita en la Cruz Ansata encima del Asiento del Maestro, se le han asignado muchos significados. El Iniciado Cristiano ve reverentemente en ella las iniciales de la inscripción sobre la cruz en la cual sufrió Cristo: Iesus Nazarenus Rex Judaerum. Los sabios de la antigüedad lo conectaron con uno de los secretos más grandes de la Naturaleza, el de la regeneración universal. La interpretaron así: Igne Natura Renovatur Integra; (la naturaleza entera es renovada por el fuego). Los masones Alquímicos o Herméticos enmarcaron para ella este aphorism, Igne Nitrum Roris Invenitur. Las cuatro letras son las iniciales de las palabras Hebreas que representan los cuatro elementos: Iammim, los mares o agua; Nour, fuego; Rouach, el aire, e Iebeschah, la tierra seca. El Grado de Rosa Cruz simboliza y se dedica al triunfo final de la verdad sobre la falsedad, de la libertad sobre la esclavitud, de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte, y del bien sobre el mal. La gran verdad que inculca es que a pesar de la existencia del Mal, Dios es infinitamente sabio, justo, y bueno: que aunque los asuntos del mundo proceden sin ninguna regla de lo correcto e incorrecto conocida por nosotros en la estrechez de nuestras opiniones; Él redimirá y regenerará al mundo, y el Principio, el Poder, y la existencia del Mal entonces cesarán; que esto será causado por tales medios e instrumentos que Él escoja emplear; sea por los méritos de un Redentor que apareció ya, o un Mesías que todavía es esperado, por una encarnación de Él mismo, o por un profeta inspirado, no nos corresponde a nosotros como Masones decidir. Deje a cada uno juzgar y creer por si mismo.

Mientras tanto, trabajamos para acelerar la venida de ese día. Las morales de la antigüedad, de la ley de Moisés y del Cristianismo, son las nuestras. Reconocemos a todo profesor de Moralidad, a cada Reformador como hermano en esta gran obra. El Águila es para nosotros el símbolo de la Libertad, Los Compases de la igualdad, el Pelicano de la humanidad, y nuestra Orden de la Fraternidad. Trabajando por todo ello, con Fe, Esperanza, y Caridad como nuestra armadura, esperaremos con paciencia el triunfo final del Bien y la manifestación completa de la Palabra de Dios,

Ningún Masón tiene el derecho de medir por otro, dentro de las paredes de un Templo Masónico, el grado de veneración que él deba sentir por cualquier Reformador, o Fundador de cualquier Religión. No enseñamos a creer en ningún credo en particular, así como no enseñamos a no creer en ninguno. Cualesquiera que fueran los mas altos atributos que el Fundador de la Fe Cristiana pudo, en nuestra opinión, haber tenido o no haber tenido, nadie puede negar que Él enseñó y practicó una moralidad pura y elevada, aun a riesgo y por ultimo la pérdida de Su vida. Él fue no solamente el benefactor de una gente desheredada, sino un modelo para la humanidad. Devotamente Él amó a los hijos de Israel. A ellos Él vino, y a ellos solamente Él predicó ese Evangelio que sus discípulos llevaron luego entre extranjeros. Él habría liberado gustoso a la gente elegida de su cautiverio espiritual de ignorancia y degradación. Como amante de toda la humanidad, entregando su vida para la emancipación de Sus Hermanos, Él debe ser para todos, Cristianos, Judíos, Mahometanos, objeto de gratitud y veneración.

El mundo Romano sentía la angustia por la disolución que se acercaba. Los filósofos contendientes y balbuceantes habían confundido todas las ideas del hombre, hasta que dudaron de todo y no tenían fe en nada: ni en Dios ni en su Bondad y Misericordia, ni en la virtud del hombre, ni en sí mismos. La Humanidad fue dividida en dos grandes clases: el amo y el esclavo; el poderoso y el servil, hundida por la desesperación a las profundidades más bajas de degradación.

Cuando, Oíd!, una voz, en la insignificante Provincia Romana de Judea proclama un nuevo Evangelio; una "nueva Palabra de Dios", a una humanidad aplastada, doliente, que sangra. ¡Libertad del Pensamiento, Igualdad de todos los hombres en los ojos de Dios, Fraternidad universal! Una nueva doctrina, una nueva religión; ¡la vieja Primitiva Verdad pronunciada de nuevo! una vez más se enseña a mirar hacia arriba a Dios. Un Dios, bueno, afectuoso, beneficiente, y piadoso: un Padre, amante de las criaturas que Él ha hecho, con un amor inmensurable e inagotable.

Jesús de Nazareth, el "Hijo del Hombre", es el expositor de una nueva Ley del Amor. Él llama hacia Él al humilde, al pobre, a los Parias del mundo. La primera oración que Él pronuncia bendice al mundo, y anuncia el nuevo evangelio: "Benditos son ellos que están de luto porque ellos serán confortados." Él vierte el aceite de consolación y de paz sobre cada corazón aplastado y sangrante. Cada doliente es Su prosélito.

Él comparte sus dolores, y simpatiza con todas sus aflicciones. Él levanta al pecador y a la mujer Samaritana, y les enseña a tener esperanzas de perdón. Él perdona a la mujer tomada en adulterio. Él selecciona a sus discípulos no entre los Fariseos o los Filósofos, pero entre los bajos y humildes, aun de los pescadores de Galilea. Él cura a los enfermos y alimenta a los pobres. Él vive, entre los indigentes y los desamparados. Primero sed reconciliado al hermano, y luego venid y ofreced vuestro obsequio en el altar. ¡Dadle a él que os pide y de él que os pediría prestado no os des la espalda! Amad a vuestros enemigos; bendecid a quien os maldiga; haced el bien a ellos que os odian; ¡y rezad por aquellos que maliciosamente os usan y persiguen! Todas las cosas qué vos permitierais que los hombres os hagan, haced vos también a ellos; ¡pues esa es la ley y los Profetas! Quien no lleva su cruz, y sigue detrás de Mí, no es digno de Mí. Un nuevo mandamiento os doy a vos, que os améis el uno al otro: como Yo os amé a vos, que vos también améis el uno al otro: por esto todos sabrán que vos sois mis discípulos. Amor mas Grande no tiene ningún hombre que esto, de que un hombre ofrezca su vida por su amigo."

El Evangelio del amor que Él selló con Su vida. La crueldad del Sacerdocio, la ferocidad ignorante de la multitud, y la indiferencia Romana a la sangre bárbara, lo clavaron en la cruz, y Él expiró pronunciando bendiciones sobre la humanidad.

Muriendo así, él legó Sus enseñanzas al hombre como herencia inestimable. Pervertidas y corrompidas, han servido como base para muchos credos, e incluso han sido la autorización para la intolerancia y la persecución. Aquí las enseñamos en su pureza. Son nuestra Masonería; pues a ella hombres buenos de todos los credos pueden suscribirse.

Que mejor servimos a Dios con humildad, mansedumbre, dulzura, amabilidad, y las otras virtudes que los humildes pueden practicar tan bien como los altivos; ésta es "la nueva Ley", la PALABRA, por el cual el mundo había esperado y anhelado tanto tiempo; y todo verdadero Caballero Rosa Cruz venerara la memoria de Él que la enseñó, y mirara indulgentemente aun a aquellos que le asignen a Él un carácter muy por encima de sus propios conceptos u opinión, aun al grado de juzgarlo Divino.

Oíd a Filo, el Judío Griego. “El alma contemplativa, desigualmente guiada, a veces hacia la abundancia y a veces hacia la esterilidad, aunque siempre avanzando, es iluminada por las ideas primitivas, los rayos que emanan de la Inteligencia Divina, siempre que asciende hacia los Tesoros Sublimes. Cuando, por el contrario, desciende, y es estéril, cae dentro del dominio de esas Inteligencias que se llaman Ángeles, pues, cuando el alma es privada de la luz de Dios, que la conduce al conocimiento de cosas, no goza más que una luz débil y secundaria, que le da, no la comprensión de las cosas, pero de palabras solamente, como en este mundo más bajo. . . ¡Dejad al estrecho de alma retirarse, teniendo sus oídos sellados! Comunicamos los misterios divinos a esos solamente que han recibido la Iniciación sagrada, a esos que practican verdadera piedad, y que no están esclavizados por la pompa vacía de palabras, o las doctrinas de los paganos."

"O, vosotros Iniciados, vosotros cuyos oídos están purificados, recibid esto en vuestras almas, como un misterio nunca por ser perdido! ¡Reveladlo a ningún profano! Guardadlo y contenedlo dentro de vosotros mismos, como un tesoro incorruptible, no como el oro o la plata, pero más precioso que todo lo demás; pues es el conocimiento de la Gran Causa, de la Naturaleza, y de aquello que nace de ambos. ¡Y si vos conocéis a un Iniciado, asediadlo con vuestros rezos, que él no encubra de vos ningún misterio nuevo que él pueda saber, y no descanséis hasta que lo hayáis obtenido! Por mí, a pesar de ser iniciado en los Grandes Misterios por Moisés, el Amigo de Dios, con todo, habiendo visto a Jeremías, lo reconocí no solo como Iniciado, sino como un Hierofante; y sigo su escuela"

Nosotros, como Él, reconocemos a todos los Iniciados como nuestros Hermanos. No pertenecemos a ningún credo ni escuela. En todas las religiones hay una base de la Verdad; en todas hay Moralidad pura. Todas las que enseñan los principios cardinales de la Masonería las respetamos; todos los profesores y reformadores de la humanidad admiramos y veneramos. La Masonería también tiene su misión que realizar. Con sus tradiciones que vienen de los tiempos más remotos, y sus símbolos remontándose aun mas allá que incluso la historia de Egipto, ella invita a todos los hombres de todas las religiones alistarse bajo sus banderas y luchar contra el mal, la ignorancia, y la injusticia. Que seáis un soldado digno en una causa digna!

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